El movimiento Scout es esencialmente religioso, lo decía claramente su fundador Sir Baden-Powell, el 2 de Julio de 1926: «¿Dónde entra la religión en el scoutismo? Mi respuesta es simplemente, que la religión no entra, sino que se encuentra allí de antemano, porque se trata de un factor fundamental, ubicado en la base misma del scoutismo y el guidismo… Bien saben que el objetivo de nuestro Movimiento es la formación de ciudadanos felices, sanos y serviciales, es decir, buenos ciudadanos; esto, por poco que se lo analice, significa ciudadanos convencidos de una religión que también practican.»
Practicar la religión es vivir esta experiencia con Jesús resucitado. Ustedes tienen que cuidar y vivir su identidad scout, pero antes que todo deben vivir su identidad de cristianos, de testigos de la resurrección de Jesús. Este encuentro con el Señor los hace más humanos, “el misterio del hombre, dice el Vaticano II, se esclarece a la luz del Verbo encarnado”, Jesús resucitado.
La promesa scout es un propósito de ser fieles a Dios, que los llama a vivir la comunión y la amistad con él; ser fieles a ustedes mismos, en la búsqueda y en la realización del proyecto que el Padre en su amor, ha trazado para cada uno; y, fieles al prójimo que espera de ustedes el don de un compromiso plenamente humano y cristiano.
En este compromiso de fidelidad, decía el Siervo de Dios Juan Pablo II (el 23 de octubre de 2004 en Roma), les ayuda la ley scout, mediante la cual, como solía decir el fundador de ustedes: pueden hacer posible lo imposible… A ustedes les pido que hagan cada día “todo lo posible” para crecer gozosamente en la entrega humana y cristiana. Sin miedo, con la paz que nos trae el encontrarnos con Jesús resucitado. Esta paz que hoy más que nunca en nuestro mundo se ve amenazada.
lunes, 26 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario